La escena
que se describirá a continuación tuvo lugar en el barrio de Lugano 1 y 2 hace
algo más de 15 días. Como tantos de los barrios capitalinos, Lugano fue víctima
de la falta de inversión de Edesur (y también de la falta de control estatal a
las empresas privadas). A 20 años del auge privatizador que nos auguraba el paraíso
del libre mercado y las empresas privatizadas puede afirmarse que el presente
verano ha sido, paradójicamente, un infierno. Recuerdo a Neustadt bardeando mal
a Entel principalmente pero también a Segba (aclaración para los más pequeños:
Segba era la empresa estatal proveedora de electricidad) y sólo puedo decir tal
como aquella señora indignada frente a la casa de Cavallo en pleno corralito de
2001: Bernie
compadre la conchNOTACHONO.
Paso a
relatar lo sucedido. Podría decirse en principio que el barrio de Lugano optó
por el tan vituperado método Guillote Moreno a la hora de recuperar la luz.
El asunto
se desarrollo más o menos de la siguiente manera. El jueves a la noche se corta
la luz. Fue el jueves de los famosos 47 grados. En el transcurso de la noche no
se producen novedades dado que, para colmo de males, se larga terrible diluvio
que seguramente no permitía trabajar para solucionar la cuestión. De todos
modos seamos claros, no te devuelven la luz los días derechos imaginate si te
lo van a reparar una noche de perros como aquella.
Al día
siguiente, viernes, los operarios de Edesur se acercan al lugar del hecho. Durante
la tarde vuelve la luz durante unos minutos, 10 aproximadamente, se vuelve a
cortar, la usina generadora de electricidad para el barrio ya estaba más cerca
del arpa que de la guitarra (nota mental: hablar o tener padres viejos produce
secuelas irreparables en la mente humana, ni te digo en el vocabulario).
Los empleados
de Edesur comentan (a la gente que se había arrimado a ver qué pasaba) que el
transformador no quería más lola, que tenían que cambiarlo y que debían irse a
buscar el reemplazo del mismo. En ese preciso instante comienza a arder Troya,
se produce el primer corte de calle dentro del barrio. Algunos de los
agitadores más exaltados se acercan a la gomería más cercana en busca de gomas
para quemar, el gomero se rehúsa, no quería entregar las gomas. Fracasó en el
intento, debió entregarlas sin patalear demasiado, no se puede determinar aún
si de puro solidario con la causa o porque percibió que se le iba a poner
fulera la cosa. Gomas en mano se produce el corte de la avenida principal y los
gritos que suben desde la calle hacia los vecinos que se encontraban aún en sus
departamentos fue ¨Bajen que éstos (por Edesur) nos quieren dejar una semana sin luz.¨
Insitían en
irse los de Edesur, se ponía tenso el asunto. ¨Necesitamos ir a buscar el transformador de reemplazo¨ decían. La gente que estaba cortando la calle les dijo: ¨nooo...de
acá no se van. Nosotros no somos como los de Caballito eh... de acá ustedes no
se van y no se van.¨ Y no se pudieron ir. Vino
Gendarmería y la policía a detener a la gente que impedía que se fueran los de
Edesur por privación ilegítima de la libertad. ¨¿A quién van a detener ustedes?¨ les dijeron unas viejas del barrio a la autoridad competente. ¨Estos
de acá no se van.¨ Y no se fueron. A las 2 horas
de transcurrida esta trifulca urbana estaba el transformador nuevo. El viejo
era de 800 y pusieron uno de 1000. No me pidan rigor científico periodístico,
no lo tengo, no sé 800 de qué ni 1000 de qué, no tengo ni idea pero eso es lo
que me llegó. Lo mío no es el rigor, es la sarasa. De todos modos lo relatado
es posta. Viene de buena fuente. Mi mejor amigo.
Dos cositas
al respecto de esta situación que se ha contado. Más allá de que pueda resultar
pintoresca la situación y el apriete que se tuvieron que comer los pobres
laburantes que tienen que dar la cara lo relatado es una muestra clara de la
manera en la que se manejan las empresas privadas. Por las buenas no te dan ni
medio. Todo divino los call centers y todo lo que te venden cuando te quieren
enchufar algo pero de poner una moneda ni hablar. Y no es sólo con Edesur o
Edenor la cosa aunque sea el caso más duro y paradigmático que vivimos en estos
días. Con las telefónicas vivimos situaciones similares aunque resulten menos
crudas las consecuencias de la falta de inversión. Y en estos últimos días lo
estamos viviendo de una manera muy concreta con las grandes cadenas de supermercados
que se suben a todos los bondis con tal de aumentar su margen de ganancia, hoy
la excusa es el dólar y la devaluación que obviamente impactan pero antes
siempre había alguna excusa para aumentar los precios y quedarse siempre con la
parte más grande de la torta. Por esa razón es necesario que nos comprometamos
todos a la hora de reclamar y exigir que cumplan con lo que deben y no sólo
(aún cuando también tenga responsabilidad) patalear y putear al gobierno de
turno.
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