martes, 22 de junio de 2021

Gritalo por D10S

Habrá imaginado Diego mientras se ataba los botines que iba a jugar el partido que lo iba a inmortalizar? Habrá imaginado Maradona mientras precalentaba que iba a hacer un gol con la mano? Habrá imaginado el Diez mientras se subía las medias que iba a meter el gol más lindo de la historia del fútbol?
El 22 de Junio es el día del cumpleaños de mi vieja. Hace 35 años cumplía 58. Yo tenía 10. Recuerdo que el clima estaba picado en casa. Tengo medio difusa la causa pero el relato familiar se fue construyendo a partir del recuerdo de aquel partido inolvidable contra Inglaterra. Mi viejo no se llevaba demasiado bien ni con mí tío (hermano de mi vieja) ni con mi madrina (esposa de mi tío). Fue una grieta familiar histórica. Mi viejo era peronista, mi vieja radical y mi tío conservador de los conservadores de la década infame. Mi madrina no sé pero peronista no era. Eso seguro. Mi viejo cargaba con paladar gallina. Mi tío era pincha. En mi cumpleaños del 85 se había armado terrible pelotera futbolera. Todos puteaban a Bilardo y mi tío lo defendía a capa y espada. Alto bardo.
El asunto es que un poco por el partido, un poco por esa inquina entre mi viejo versus mi tío y mi madrina se decidió no invitar a nadie para el cumpleaños de mi vieja. El mal clima hogareño se precipitó cuando mi vieja se enteró de que mi viejo había invitado a ver el partido a una pareja de padres de compañeros míos del club. Mi mamá se calentó para el orto. No viene mi hermano y vienen Juan y la Elvi? A quién se le ocurre? A mi padre claro.
Pese a todo mi vieja hizo pastelitos de batata y membrillo como hizo siempre para todos los partidos de mundiales.
Yo invité a un compañero del colegio. Juan Domingo. Cómo íbamos a perder si estaba viendo el partido con un pibe que se llamaba Juan Domingo? Imposible. Juando tenía una hermana que se llamaba María Eva. Eran 10 hermanos y ninguna se llamaba Isabelita. Me preguntaba porque en aquellos años tiernos. Con el tiempo entendí la razón.
Juando y yo estábamos en el piso mirando el partido. Mi viejo Ramón, mi vieja Coca, Juan y la Elvi sentados a la mesa. Juando y yo nos levantábamos sólo para manotear pastelitos.
Presidía la jornada el televisor Grundig. Caro pero el mejor. Lo empezamos a pagar en el 85. Fue nuestra primera tele color. Y tenía control remoto. Un lujo asiático. Duró como 20 años. La compramos en cuotas. Nos salió casi como un auto de cara que era. Pero claramente era la mejor. Y bien valió el precio por esa tarde del 22 de Junio de 1986. La tarde consagratoria de Maradona. La tarde en la que Diego se metió de prepo al Olimpo de los Dioses.
Habrá imaginado Diego mientras se persginaba que ese día se metió en nuestros corazones para siempre? Habrá imaginado Maradona mientras cantaba el Himno que toda su magia iba a conseguir apaciguar la bronca de mi vieja e iba a hacer zafar a mi viejo del quilombo en el que se había metido de puro cabezón que era? Habrá imaginado el Diez que ese día nos iba a hacer tan felices? Habrá imaginado que a partir de ese momento millones de chicos comenzamos a soñar con hacer un gol como el que él le había hecho a los ingleses? Habrá imaginado que nos iba a hacer tan felices?

A los que tuvimos el privilegio de verlo jugar, Maradona siempre nos va a llevar de paseo a la casa de los viejos. Gracias Diego también por eso.

#GritaloporD10S 

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