viernes, 24 de febrero de 2012

El 38-La esperanza

29 de enero. Hacía tiempo que estaba buscando el momento. Siempre encontraba otra cosa para hacer. Obligaciones, flojera, lo que fuera. Al final lo hice. Un viaje hacia mi niñez, hacia el lugar en el cual me críe. Mi primera infancia podría decirse. La construcción de los primeros recuerdos propios. No lo que te cuentan que hiciste.

El 29 de enero es el aniversario de mis viejos. Le propuse a #madre ir hacia el barrio de mi infancia. Mi viejo ya no está. Pero está. En un punto ese viaje era rememorarlo, en el día de su casamiento. Volver a él, aunque nunca me haya ido de allí.

La fui a buscar a la mañana. Pocas horas de sueño encima pero esta vez estaba decidido a ir. Un cumpa, @adancito9, astro del #picadonacypop (fulbito cumpa 100%, nuestra Unidad básica futbolera se llama Si Evita viviera sería carrilera, cumpa q quiera ser tenido en cuenta contácteme en Twitter; yo soy alto goleador, en vez del Cave gol soy el tache gol) conurbanero y master de la rosca matancera también, me había dicho que no iba a conocer el barrio, que estaba muy cambiado, me bajó línea a lo loco sobre todo lo que se hizo en estos años. Como si hiciera falta convencerme. Sirvió, su bajada de línea, para cebarme e ir de una buena vez. Tenía razón.

El barrio se llama La Esperanza. Conurbano profundo. KM 38 de la ruta 3. Me fui de allí hace 30 años. Tenía 6 años. Años 79, 80 y 81 viví allí. Qué añitos…los milicos arrasándolo todo. No tengo registro de haber vuelto. A lo mejor de chico, un primo mío seguía viviendo allí. Fue mi compinche de aquellos años. El hermano que no tuve, a veces también mi verdugo. Lo que hacen los hermanos. Era bravo el negro de chiquito. Hoy vive en Entre Ríos, la tierra de su madre. Es más manso que agua de estanque. Otra persona. De chico no había fulbito en el que no terminara a las piñas. Y eso que era un fideo. Pero era bravo, pendenciero como él solo.

Zarpamos. #madre: vamos por Provincias Unidas?. Si vieja, ahora se llama Juan Manuel de Rosas…. Dijo muchas cosas la vieja, como siempre. También yo. Era movilizante, el día y la movida, ir, al fin, al 38, hacia aquellos recuerdos.

El viaje en si fue relajado. Enero=poco tráfico, recambio turístico, lo que el kirchnerismo le permitió también a los negros, el ocio, irse aunque sea algunos días de vacaciones. Se notaba en la ruta semi desierta.

La ruta. Irreconocible para mí. El primer tramo lo había hecho algunas veces. Por laburo. Sep. En el conurbano también, ocasionalmente, toman taxi. De hecho, no hace mucho, me había llevado una mina a Casanova. Nadie me quiere llevar, me dijo. Como bien saben el gremio del tachero tiene sus cosas. A Pilar van. A Casanova no. En fin…

Pero el 38 queda mucho más allá. Bastante antes de Cañuelas pero más allá de Casanova, de Gonza Catán como dice mi prima, de Laferrere. Hablaba de la ruta. Enorme. Amplia. 3 carriles y colectora, iluminación (de la que no disfruté, era de día) a pleno. Cuando viajaba mi viejo, con su Siam di Tella, naftero, a gatas tenía 1 carril de ida y uno de vuelta. Al menos eso recuerdo. Hoy está dividida. No es posible ir por el carril en contramano. Un mini paredón divide la ruta. Los negocios, a la vera de la ruta 3 están a todo trapo. Hay un Shopping en San Justo. Un Shopping! Bocha de grandes supermercados…parece que los negros también consumen, mal que les pese a muchos. Me acuerdo que la salida, para mi tía, (la madre entrerriana de mi primo) era venirse hasta la avenida Alberdi en Mataderos. Hoy no le haría falta.

No faltan los boliches peronistas. Fotos de Cris y unidades básicas por todos lados. @Adancito9 me había dicho que había una rotonda para entrar a La Esperanza. Faltaba para llegar. Todo resultaba novedoso. Solo algunas señales permanentes, que persistieron el paso del tiempo: Jesse James, una cruz gigante, una especie de cohete (ya antiguo hoy, no lo era cuando hace 30 tenía sólo 6) que en la puta vida supe a quién pertenecía, supongo que era una fábrica pero no sé.

Cartel: La Esperanza. El ingreso está igual. Es una especie de torre. Siempre me pareció la referencia de un fortín. Al verla, hoy, me pareció lo mismo. En ocasiones los recuerdos se asocian con el presente. La calle principal, con una especie de rústico (por ser generoso) boulevard, está igual que hace 30 años. Bastante hecha pelota la verdad. Contradicciones del movimiento.

En esa entrada te dejaban los bondis. El 620. En la provincia los números de los colectivos son altísimos. Ahí también esperaba el micro que me llevaba a Cañuelas al preescolar. Odiaba ese viaje. Eso sí que era, para mi, el recontrahiperorto del mundo. Si supieras lo que es el recontra hiper orto del mundo, Lanata. Mi viejo iba de ahí hasta Olivos a laburar cuando trató de rajar del taxi. Por una ruta de mierda iba, no esta ruta que es hoy…

El camino lo tenía en el disco duro de mis recuerdos, todo está guardado en la memoria (temazo de Gieco-La memoria,  http://bit.ly/7MTfcj   ), en mi memoria de niño, como los perros, me acerqué por el olor, el olor del hogar(Al olor del hogar-Bersuit, con este tema lloro siempre,  http://bit.ly/9DMzLt ), por instinto, como si supiera adónde ir para encontrar a aquel niño. En aquellos años apenas había un mercado. El mercadito. El único. Doblé para llegar a la casa como si me hubiera ido antes de ayer. Ni el nombre de la calle sabíamos. Nombre de indio me dice mi vieja. Miro al costado. Fortín Yunca dice. Fortín Yunca le digo y me acordé que era ese el nombre. También la vieja.

Voy despacito. Cuando vivíamos ahí había 4 casas en esa cuadra. 2 de un lado y 2 del otro. Una construcción con balcón y barrotes que a mi me hacía pensar que era un castillo (hoy sentí lo que sentía aquel borrego al ver esa casa, cómo no me iba a parecer un castillo?) y una prefabricada en la vereda de enfrente (ahí vivía una pibita, rubiecita la recuerdo, con la que trepábamos el árbol de mi casa, me gustaba, debo admitirlo, era la nena más cercana). De nuestro lado, la nuestra, nuestra casa, un intento de casa de fin de semana, un chalecito, era un ambiente grande con un parque inmenso alrededor, un pino, el árbol al que trepábamos del cual desconozco la marca (el tipo), daba unas pelotitas amarillas de sabor horrible, la rubiecita las comía sin asco y, en el contorno, una enorme ligustrina, la cual mi vieja se encargaba de cortar y todavía se pregunta por qué tiene artrosis; y otra casa, de material se solía decir para diferenciarla de las que no lo eran. El resto, todo baldío. Campo. No campo como el de la 125. Campo que implicaba la nada misma pero que para un chico es grandioso. Alguna que otra canchita improvisada de fútbol no faltaba.

Hoy: una casa al lado de otra. No nos resultó posible reconocer la cuadra. Iba despacio pero no la encontré. Ni la mía ni la de mi primo. Quedaba al toque del boulevard. No podía ser tan lejos. A la quinta cuadra retomé. No mucho más allá terminaba el asfalto. Humildes las casitas. Está claro. Pero son todas de material me dice mi vieja. Tal cual.

Pensé que, a lo mejor la habían tirado abajo, qué sé yo…tenía un nombre la casa me dice #madre. Cómo era? No me acuerdo. Voy mirando, enfrentado a la vereda que era la nuestra, veo el nombre. Pirucha le digo. Si, dónde está? Ahí. No podía creerlo. Ahí estaban mis primeros recuerdos, mis primeros juegos, la pelota, la noche que me quise ir de mi casa porque mis viejos discutían, el primer chirlo en el culo porque un perro me afanó una zapatilla nueva y no había guita en casa (LA vez que me pegaron…#graciasviejos), el diarero que le fiaba la revista Anteojito a mi vieja…#lagrimon.

Bajamos. Me dejé la cámara digital en el auto. La llevé. Quería un registro de cómo estaba todo. Miramos un toque. La habían ampliado. Ya no estaba el garage que mi viejo hizo para el taxi. Si la subida de cemento. Una pena no haberla escrito de chico. Cómo no lo hice? Me voy al auto a buscar la cámara. Estoy volviendo y una pareja de 40 y pico de años se asoma a la reja a ver que onda. Hablan con mi vieja. Estamos rememorando les dice. Yo la conozco le dice el tipo. Usted es de Lugano 1 y 2. Nosotros estuvimos en su casa.

El asunto fue el siguiente: mis viejos venden. El que compra nunca escritura. Vuelve a vender. El chabón que salió a la puerta es el segundo comprador. Quiere escriturar. El que nos compró se la hace difícil. Entonces recurre a mi viejo que aparecía en todos los papeles que el tipo al que vendimos le dio. Así llegó a nosotros. Mis viejos firmaron para que pueda hacer la escritura. Se entendió?

Pasen pasen nos dicen. Así. De una. Situaciones así sólo se pueden dar con gente que es pueblo. Al menos así lo interpreto yo. Nos hicieron entrar a su/nuestra casa. Nos dejaron tomar fotos. Nos hicieron una recorrida por la misma. Nos explicaron lo que habían hecho. Las reformas. Y como habían mantenido el chalecito original. En el fondo terrible pileta. La había hecho el que nos compró a nosotros. Nos invitaron a tomar algo fresco.

Contaron de su vida. Cuatro pibes nacieron ahí. Lo que sufrieron al mudarse. La desolación que era. Hacía 22 años que estaban ahí, no se irían por nada del mundo dijeron. En la época de Alfonsín nos desvalijaron la casa, contó la mujer. Duhalde hizo desastre acá. No había nada. El hospital que hicieron lo hizo Kirchner, a gente que venía de una villa, Kirchner les dio casas al fondo del barrio, la colectora y la ruta también se hizo con Kirchner. Tenemos un centro de salud en la otra cuadra, una escuela. Hablaron del crecimiento del barrio. Del centro comercial que hay a unas pocas cuadras. De cuánto cambió la zona con la llegada de la Gendarmería al barrio. Esos no se casan con nadie me dice el flaco. Me contaron que donde yo hice el jardín de infantes ahora también hay, además de primaria, secundaria.

Y yo no podía dejar de mirar todo. La alegría por lo que contaban. Y viajar hacia aquel nene. Apenas entré me pareció chico el lugar. Era tan inmenso en mi recuerdo! Gigante, como dice mi sobrino cuando pide que le sirvan Coca Cola y quiere que el vaso quede lleno. Al rato logré congeniar mi recuerdo con la realidad. Era así de grande, no más, no menos. Ya no estaba el pino ni el árbol al que trepábamos ni los eucaliptos de la puerta. Ni la bomba con la que mis viejos (cincuentones entonces) sacaban agua del pozo. Tienen agua corriente? le preguntó mi vieja. Si le dice la dueña de casa. Lo que habrá sufrido mi vieja con esa puta bomba para sacar agua del pozo. Así tiene la espalda…no le preguntamos si también tenían gas, lo que habrán yugado cargando garrafas los viejos…

Nos fuimos. Gracias dijimos. Cuando quieran, nosotros estamos acá, dijeron.
Qué más? #gracias

Acá va una foto

8 comentarios:

  1. Tachero, visita este link, lo hice hace ya varios años, espero te guste:
    http://nada-es-casual.blogspot.com/2009/04/conurbano-profundo-y-peronismo.html
    Un abrazo y mucha sensibilidad en el escrito, muy bueno

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    1. Lo voy a visitar...a nada es casual ya entré hace un tiempo...Gracias y un abrazo!

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  2. Que buen paseo por tu niñez Gato. Un gran abrazo. Matias

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    1. Gracias Matute! Siempre al pie del cañón...abrazo!

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  3. Emocionante, Pablito. Emocionante.
    Abrazo grande

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    1. Gracias cumpa! Usted fue parte de toda esa movida! Abrazo!

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  4. se lo gran tipo que sos me emocionaste. No termines nunca de relatar. Le doy gracias a Dios por haberte puesto de nuevo cerca mio. Te kiero amigo. Elaija del sur.

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    1. Gracias querido! Seguiré en esto y me alegra q t haya gustado! Abrazo Elaija del sur!

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