jueves, 28 de junio de 2012

Tiro en las patas


Partamos de una base: acá no hay carmelitas descalzas. Esto es peronismo, es política y se disputan espacios de poder, se construyen hegemonías y se mide la correlación de fuerzas a cada instante. En síntesis: el asunto es ver quién la tiene más grande. Acusar ahora a Moyano sobre su presunta participación en la Juventud Sindical en los ’70 es una pelotudez lisa y llana. Si era así ya lo sabíamos desde antes. Y nos hicimos los boludos en el mejor de los casos. Del mismo modo no corren las boqueadas de Moyano diciendo que mientras la CGT luchaba contra la dictadura otros estaban debajo de la cama o la acusación de que estos son todos menemistas y duhaldistas lanzada contra integrantes del kirchnerismo. Tampoco corre la acusación. No hay lugar para contarse las costillas hoy. Ya convivimos bastante y nos conocemos mucho. Además a tu izquierda, en el palco, tenías al momo Venegas, Hugo, te apoya Barrionuevo hoy. Es el abrazo del oso…

Se habla de traición. Ma’ que traición! O no pensaron nunca: “el día que se nos ponga de orto Moyano nos para el país.” O no temieron que lo hiciera en pleno conflicto de 2008 con las patronales del campo. Hubiera sido letal si lo hubiera hecho. Hay que reconocerlo. Tal vez se putee hoy Moyano por no haberlo hecho. Lo cierto es que históricamente jugó bien, supo que si caía el gobierno caía él también. Y obró en consecuencia. Pero acá no hay cariño ni lealtades inconmovibles. Eso también es parte de la lógica del peronismo. Al plantear la lealtad como una virtud en sí misma el peronismo traza una línea muy fina. Casi todo es traición. Gran idea la de la lealtad. Te condiciona. Todo el tiempo estás al borde de quedar en orsai. Si no me apoyás sos traidor. Si me discutís con vehemencia sos traidor. Si no me atendés el teléfono sos traidor. Es así, una dinámica complicada pero no vamos a sorprendernos por ello, si realmente somos peronistas sabemos que esta historieta es parte del asunto.

Otro punto interesante de este conflicto y que concierne a la lógica propia del peronismo. El poder de daño. No lo olvidemos y nos hagamos los puritanos. No lo somos, somos peronistas. La capacidad de demostrar todo el daño que se puede hacer también es una práctica peronista. De las más oscuras. Si, ponele, estamos de acuerdo. Pero es. A ver, hagamos un ejercicio, quienes leen este blog saben desde donde escribo, si Moyano fuera gobierno en algún momento, ¿lo aplaudiríamos?, ¿le haríamos la vida sencilla? No. Seamos sinceros. Él tampoco nos va a hacer sencillo el camino que viene, el cual sabemos que es complicado, por el desgaste de la gestión, por la crisis internacional que no se sabe en qué decantará, por el tema de la sucesión, por todo. La idea de que el que gana conduce y el que pierde acompaña tan propia del peronismo es relativa. El que pierde acompaña cuando no tiene el poder suficiente. Algunos ejemplos para clarificar: Néstor en los primeros ’90, Moyano y Néstor mutuamente, Néstor con Duhalde para llegar al gobierno (cuando acumuló poder lo mandó de paseo), Moyano sin bardearla a Cristina antes de las elecciones porque se veía venir el aluvión de votos que se vino. Es así. Nadie se suicida ni saca los pies del plato antes de tiempo. Te acompaño si estoy en pelotas políticamente hablando. Si no, hay combate. La lucha por el poder no hace caso ni a lealtades personales ni a convicciones inmaculadas. Se lucha con las armas que se tienen a mano. Si tengo poder de fuego suficiente te hago todo el daño que puedo. Si no, acompaño. Ya lo dijo el compañero (menemista él) Jorge Asís: “el peronismo es una ideología de poder”. Así de apasionado es el movimiento, así de cruel, así de autodestructivo por momentos. Eso es parte de ser un movimiento mayoritario. Si no, vas y te hacés trosco y discutís una bocha de lo retardatario que es el peronismo, de lo burgueses que son los peronistas, de que no hay cambios estructurales del sistema, de que los capitalistas son explotadores y toda esa sarasa. Mientras no cambiás nada y te la siguen mandando a guardar hasta el fin de los días.

Vamos al grano. La presente crisis Gobierno-CGT (¿Moyano?) no es una novedad para nadie. Siempre supimos que la relación sindicalismo-kirchnerismo iba a ser conflictiva. Ese conflicto viene de la historia del peronismo, son rémoras de las disputas setentistas, para algunos sindicalistas el único peronismo son ellos, el resto infiltrados. Para los que provienen de la izquierda y se sumaron al peronismo, los sindicalistas (algunos) son burócratas que impiden el desarrollo revolucionario del movimiento. Si bien se creció y se aprendió la trágica lección de los ’70 (en la que todos perdimos, sindicalistas, trabajadores, peronistas de izquierda, de derecha, todos) hay cuestiones que no se han saldado aún y que siguen haciendo ruido.

De todos modos la tensión entre el sindicalismo y el peronismo puede rastrearse hasta en el primer peronismo, el peronismo clásico. ¿O nos olvidamos la disputa Perón-Cipriano Reyes? ¿O cuando la CGT apoyó a Evita de vice y Perón se los quería comer crudos? ¿O a Evita a las puteadas limpias con los ferroviarios? Es lógico que suceda. El sindicalismo no puede adherir a tabla cerrada las prioridades de un gobierno. Tienen intereses diferentes, por momentos contrapuestos. El conflicto se agrava si los intereses que se enfrentan están principalmente ligados a la disputa por el poder político concreto. El caso extremo de tal confrontación fue el caso de Vandor. Ya sabemos cómo terminó esa historia. Afortunadamente los tiempos son otros.

El sindicalismo y el peronismo se caracterizan por tener una historia de lo más conflictiva. Suele decirse, desde ciertos sectores, que el kirchnerismo es algo diferente al peronismo. Para algunos es una virtud, para otros un defecto.Y se lo diferencia desde lo nominal. Peronismo disociado de kirchnerismo. Sin embargo puede trazarse una línea similar entre el sindicalismo y el kirchnerismo. El sindicalismo también se diferencia nominalmente del peronismo, se asume peronista, como el kirchnerismo, pero no es todo el peronismo. Es una parte. A no olvidar: peronistas son todos.

Con respecto a este asunto se presenta una situación particular. Para quienes no son peronistas no hay distinciones. Son todos peronistas. Los sindicalistas los montoneros los kirchneristas perón evita Cipriano vandor cámpora todos. Todos peronistas. Para adentro existen las distinciones. Se plantean denominaciones que dividen, separan territorios políticos reales. En el fondo son todos peronistas pero en la práctica no existe homogeneidad total. No existe tal cosa, no es real.

El tema es que los verdaderos enemigos de un proyecto nacional, popular, de los trabajadores, como quieran llamarlo, no adviertan que hay grietas. Ellos siempre las buscan, saben que están, siempre. Por eso buscan generarlas, agrandarlas, profundizarlas. Hoy están a la vista. Expuestas. Y allí apuestan todo los antiperonistas. Ahora bien, una cosa son las diferencias coyunturales y otra distinta pararse en la vereda de la oposición. Sabemos que Moyano no es un tipo ingenuo, por algo ocupa el lugar que ocupa. ¿Supone que los poderes fácticos lo apoyan? Supongo que no. ¿Cree que el kirchnerismo lo usó y por ello ahora juega como juega? Asumo que no y debe tener más que claro que quienes hoy le soban el lomo, los Clarín, los Magnetto, los Macri-Melconián, hasta los Alfonsín y los Binner, incluso los Scioli, lo que pretenden es usarlo para que le rompa las pelotas al gobierno y después lo van a tirar de un barranco por negro y peronista. No hay dudas de que lo sabe. Sabe que si logra tumbar al gobierno no viene él. Doy por seguro que lo sabe.

La relación entre el kirchnerismo y Moyano siempre fue áspera, compleja. Ambos se miraron siempre con recelo, más allá de mejores y peores momentos. Se necesitaron a veces, en otras se cuidaron de no pudrirla, en muchas se hicieron los boludos porque si no iba por ahí la construcción político sindical no iba por ningún lado. A ambos espacios les sirvió la alianza. Sucede que la alianza estratégica se reveló más táctica que otra cosa. Al menos hoy. Los intereses políticos se volvieron divergentes. El gobierno ¿por necesidad, por convicción? comenzó a experimentar una suerte de distanciamiento político-electoral tras la derrota del 28-J de 2009. Electoralmente le resultó más que fructífera la decisión. Desde aquel tiempo puede rastrearse el enfriamiento de la relación. Hoy se terminó de romper públicamente. Fácticamente viene de mucho tiempo atrás. Con Néstor vivo ya venía tensa la mano. Se agudizó el conflicto tras su muerte. Se calló por mucho tiempo este conflicto. Hoy está expuesto. Por otra parte, la sensación es que ¿por necesidad, por convicción? Moyano nunca consiguió ser el representante de tod@s los trabajadores, siguió siendo visto como el capo de los camioneros. Hoy se nota, se muestra con claridad.

El tema es para donde va a decantar todo esto. Si todo lo que pretende Moyano es demostrar su poder de fuego para apretar al gobierno y conseguir una mejor correlación de fuerzas dentro del peronismo de cara al futuro es lógico, hasta válido como estrategia. Si la dinámica que lo mueve es “si me voy yo me los llevo puestos conmigo” la historia es otra y no tiene retorno.

Algunas cuestiones relacionadas con las últimas jugadas realizadas en función del acto de ayer: una vez que se te pegan los troscos (y lo digo con toda la devoción que siento por @pibetrosco) todo lo que queda es pudrirla y suicidarte políticamente, ni hablar si se te suman la Rural, Clarín y toda la runfla destituyente. Es una decisión política, está claro. Muy peligrosa. ¿Lo seguirá todo el sindicalismo si Moyano decide agudizar la disputa con el gobierno? Una máxima del peronismo dice  que te acompañan hasta la puerta del cementerio pero que entrar no entra nadie. ¿Tiene margen para retroceder hoy y discutir desde otro lado? ¿Tiene intenciones de tal cosa? ¿Y el gobierno? Habrá que ver adonde lleva este juego de suma cero plateado por Moyano.

Para finalizar, insisto, ya lo escribí en otro post. Moyano sigue sin ser El enemigo, más allá de este momento particular. El enemigo está en otro lado. En las sombras, operando, como siempre. Al acecho. De nosotros pero también de Moyano. Son los mismos que lo detestan desde hace 10 años. Y lo bardean sin piedad. Hoy lo ven rubio, alto y de ojos celestes. Se vienen tiempos de reacomodamiento, de recomposición de alianzas. El kirchnerismo deberá (re)construir otro espacio en el frente sindical. Tal vez deba tragarse unos cuantos sapos. También se los tragó con Moyano. Moyano también se habrá tragado unos cuantos sapos con el kirchnerismo. Lógico. Es política. Deberá ver por dónde articula el poder de daño que ostenta y con el que pretende disciplinar. A corto plazo puede llegar a tener cierto grado de efectividad. A largo plazo es un suicidio político boicotear a este gobierno apoyándose en la derecha posta. No la del peronismo sino la derecha derecha. El poder real.

El interrogante principal es hasta donde está dispuesto a ir y con quienes se puede llegar a aliar para conseguir sus objetivos. Determinadas alianzas no tienen retorno y suelen ser un tiro en las patas, suelen manchar una historia de luchas genuinas. Desprestigiar lo hecho. Ningunear lo actuado. La pregunta es si está dispuesto a arriesgar tanto. 


lunes, 25 de junio de 2012

Y un día volvimos...


Una tarde, un 26 de junio de 2011, pasó lo que nunca nadie imaginó que podía pasar. Era más posible imaginar la caída del muro de Berlín, del comunismo, del capitalismo implosionando fruto de sus propias contradicciones a manos del proletariado sepulturero que genera en su propio desarrollo que el hecho de que cayera River. Pero aquel día cayó. 15 años después de la Copa del ’96. Paradojas del destino. Sucedió. River se fue. Se fue de viaje como tituló Canal 7 en el especial de anoche tras el regreso. El tema es que River se había ido mucho tiempo antes. Muchísimo.

River se había perdido como consecuencia de sus propias dudas, por renegar de lo que históricamente había sido. Quiso ser lo que nunca fue, cerró los ojos y olvidó las causas de sus momentos de gloria, de su tradición futbolística. No lo había hecho ni siquiera en los años de su proscripción de la victoria, en aquellos 18 años sin campeonatos, la era en la que nació la gallina, los 18 años de River proscripto, en el exilio, la Puerta de Hierro que no podía abrir. ¿River es Perón?...para pensar.

Siguió insistiendo, con paciencia, con tozudez, creyendo en la ingenuidad de que el avión negro lo traería de regreso a la gloria. Y lo trajo, no en el avión negro, tampoco a Perón lo trajo el avión negro, a los 2, a River y a Perón, los trajeron los pibes, a uno en el ’73, a River en el ’75. Polémica abierta sobre que los pibes trajeron a Perón…volviendo a River, cuando todo estuvo listo volvió en el ’75, sin perder su esencia futbolística, en ese momento le dio el cuero, como al Viejo. Y volvió, y tuvo 30 años grandiosos, de puro disfrute, goce.

Pero un día River entró en la lógica de ciertos sectores de la clase media y media alta argentina. Se identificó con intereses que no eran los propios, que no le pertenecían. Para ganarle a Boca, para ganar la Copa asumió que debía sacarse la pilcha que lo caracterizaba futbolísticamente para ponerse el traje de picapiedra. Extravió su identidad, la cual nunca es inmutable, que cambia, nadie es igual por siempre pero que debe tener ciertos límites, una cosa es ser pragmático coyunturalmente y otra muy distinta es perder por completo de vista quién uno es. Vivió su menemismo futbolístico no en los ’90 sino en la década kirchnerista. Se vació de contenido como el peronismo en los ’90, se calzó una ropa que no le quedaba y perdió su identidad, como el peronismo, se condujo a sí mismo al borde del abismo. Todos nosotros lo hicimos en un punto, con diferentes grados de responsabilidad obviamente. Pero todos contribuimos a tal extravío.

Desechó lo hecho durante tantos años anhelando ser el enemigo (futbolístico, está más que claro, por las dudas vale la aclaración) y así le fue. Hoy pelea por volver a su historia, a su tradición, a su amistad con el gol. Dejando de privilegiar el cero en el arco propio. No es nuestra esa historia. El gol es River, River es el gol. Siempre. No pasa por paladar negro o no. River se caracterizó más por la contundencia, por la voracidad por el gol que por el tiki tiki. Con errores, con aciertos pero siempre con la mira fija en el gol.

Y para ello, para volver, recurrió a sus hijos, a sus hinchas, a los que vinieron a poner el corazón, con Almeyda a la cabeza. Con los goles del Cave gol en la primera parte, el talento del Chori, los goles del gran David en la parte final (debo reconocer que no lo tenía tan bueno y no creí que estaba en ese estado, me sacó el sombrero), la sangre de Ponzio en esa noche de Boca Unidos, (tras ese partido escribí estas líneas) el esfuerzo de todos, de los pibes, en el fondo, en el medio y adelante, con el emblema de la gran caída, Funes Mori, el delantero, el más puteado el año pasado, el menos pensado para aparecer en el momento más crítico de este campeonato, apareció al final, como River, que en los últimos años desaparecía en las bravas, se mancaba ahí, en el sprint final, donde nunca se mancaba antes, donde hacía pesar su nombre. Eso también lo había perdido. Parece buscar el camino de la recuperación. Todos aportaron su corazón para la vuelta y sufrieron como nosotros, los hinchas de a pie, el viaje traumático que vivimos este año. Pero también lo disfrutamos, el hincha volvió también a ser hincha de los colores, no de las copas. A puro gol y corazón. A eso vinieron los que vinieron y para eso se quedaron los que se quedaron. Gol y corazón para recuperar la identidad, para volver a ser River. Gracias por volver…volver?, ma’ que volver si nunca me fui…

PD: se me puso un toque cursi el asunto…así es el amor, la pasión, es así. Además, ¿que hay en este blog que no sea cursi?. En ocasiones es preciso ser cursi. Insisto, el amor, la pasión, el fútbol son así, cursis…¿y qué?

Para vos que me enseñaste a gustar del buen fútbol y que metiste mi rocanrol bajo este pulso, para vos que sufriste y lloraste sin ser de River, para vos que me consolaste, para vos que compartiste mi dolor y me dijiste que no era mi culpa, para vos que te permitiste festejar sin caer en la pelotudez que imponía vergüenza en lugar de disfrute, para vos hincha de River…

Una cosita. En tanto y en cuanto los primos sigan contando copas de leche para decir que son reyes de copas nosotros contaremos este campeonato como el 34. Loco, nos fuimos a los 33, número bíblico relacionado con la muerte si los hay…volvimos, así que van 34, la resurrección…y esperemos que sean mejores…

Otra cosita para la polémica: más allá de las puteadas y odios que despierta Passarella, sólo él podía resistir una crisis como ésta, con puño de hierro, como más le gusta, sólo él tiene la espalda para aguantar una realidad como la que vivimos sin que River se desmadre mal, sólo miremos a los costados y lo que pasa en otros clubes que vivieron y viven lo que nosotros vivimos…para pensar, si hay puteadas, bienvenidas. Yo fui adolescente en los tiempos de Daniel técnico. Él puso a Ortega en primera, lo siento pero no soy neutral…





sábado, 16 de junio de 2012

16 de Junio


Pensaste que era un día más, un día cualquiera, común y corriente, un día como los que solías vivir habitualmente en aquellos años. Sin estridencias. Eran años especiales para vos. Sabías bien porque pero te habías acostumbrado. A lo bueno uno se acostumbra fácil suele decirse. No te lo planteabas demasiado, a esa altura no pensabas guau, ¡qué momento histórico! No. Ya se te había hecho carne, parecía que siempre había sido así.

Tenías que ir al centro. No te gustaba ir al centro, preferías la vida tranquila del conurbano cuando aún no se llamaba conurbano ni decir conurbano tenía una connotación despectiva, delincuencial casi. Vivías en lo que se iba a denominar conurbano, la vida suburbana, el barrio donde todos se conocen con todos, el lugar en el cual solía preguntarse dónde quedaba determinada calle o dirección y la referencia solía ser un almacén, un kiosco, un portón pintado de un color determinado que lo volvía singular. Allí vivías, una vida tranquila, de la casa al trabajo y del trabajo a casa como decía el General. Pero tenías que ir al centro.

Ir al centro era toda una expedición para vos. Un aventura. Ir al centro se decía. Era sinónimo de lejanía, de luces, de otro mundo prácticamente. Debías hacer un trámite. La última vez que habías ido había sido el primero de mayo. Había sido una fiesta, tu fiesta, la fiesta del trabajador peronista, de la trabajadora en tu caso. Trabajabas en una fábrica textil. Soy operaria solías decir orgullosa. Parecía que siempre habías trabajado y la realidad es que no fue así. Empezaste a trabajar en tu casa, con la máquina de coser. No te gustaba mucho pero había que hacerlo. Sumaba unos pesitos. Cuando pintó la oportunidad de la fábrica no la desaprovechaste. Era otra historia. También otra plata. Movilidad social ascendente le llamarían posteriormente, vos no pero bien sabías que vivías mejor que algunos años atrás, no provenías de una familia indigente pero tampoco les sobraba nada. No entraban en los parámetros que suelen caracterizar a la clase media. Zafaban a duras penas. Eras parte del espacio al que el peronismo le puso nombre: Pueblo. Y desde que fuiste operaria te sentiste más pueblo aún. Por eso ibas los primeros de mayo a la plaza.

Decía que fuiste al centro a hacer un trámite, no importa cuál en este momento, lo que cuenta es que te pudiste tomar el día. A tu hijo lo dejaste en la escuela. Como cada mañana lo hacías. Le diste un beso, le frotaste el pelo húmedo y frío y lo viste rajar a los piques hacia adentro del cole. Al llegar a la puerta se dio vuelta, como cada mañana, te miró, sonrió y te tiró un beso. Cumplió el rito de cada mañana. Notaste que, a medida que crecía, los besos que te tiraba eran más disimulados, menos evidentes, sabías que no era porque te quería menos sino por el hecho de que a un nene de la edad del tuyo ya le cuesta un poco más ser demasiado vehemente con la madre, le da un poco de vergüenza y es lógico. No quería quedar como un mamero delante de sus compañeritos. Por ello valorabas más que se diera vuelta para saludarte. Vos también le tiraste un beso, vos no fuiste disimulada, no te importaba quedar como una babosa con tu bebé. Siempre sería tu bebé pero evitabas decírselo en público para no incomodarlo.

Iba contento el gurrumín esa semana. Si bien su River, el de su padre también, había empatado con Lanús el domingo anterior, seguía prendido en la lucha por el título. A la postre sería campeón, al igual que los dos años siguientes completando el tricampeonato. Ni tu marido ni el pibe sabían que ese triplete sería la despedida de una época triunfal y que entrarían en el ostracismo de victorias por los 18 años posteriores. Fue el exilio de River en una época de exilios famosos. Tampoco imaginaba ninguno de ustedes (y ésto sí te interesaba dado que el fútbol a vos ni fu ni fa salvo para ver a tu marido y a tu hijo felices) que quien marcharía al exilio por 18 años sería Perón, que se acabarían los años felices de los que tanto escribiría Soriano, los años de la patria peronista, los años que parecían que jamás acabarían.

Anduviste toda la mañana por el centro, todo parecía normal, había muchos rumores sobre el General, la Iglesia, los gorilas, los contreras y todo ese asunto. Te preocupaba realmente el tema pero tampoco le diste demasiada trascendencia. No se hablaba mucho en la calle de lo que pasaba, no tenías blackberry, no había twitter así que imaginate. De todos modos tenías cierto grado de tranquilidad. El General siempre estaría para cuidarte, a vos y a los tuyos aunque ya no estuviera Evita. El General sabía lo que hacía.

Anduviste rato largo por el centro, de aquí para allá. Ya que estabas en el centro para hacer algunas compras, en el centro se consiguen más cosas, cosas que en el suburbio no se encuentran. De golpe, pasado el mediodía sentiste aviones que sobrevolaban la plaza de mayo, la plaza de Perón. Asumiste que se trataba de un desfile militar del que no tenías noticias. Miraste para arriba, no volaban muy alto, al menos eso te pareció, esa fue la sensación que tuviste. Viste una cruz pintada en los aviones, debajo de ella, de la cruz una V, estaban ubicadas tal como lo estarían la P de Perón y la V de vuelve que la resistencia peronista pintaría en los años del exilio de Perón del que ese 16 de junio no tenías ni puta idea. Las vueltas de la vida.

El asunto es que viste la cruz y la V. No entendías que significaba hasta que leíste la inscripción Cristo Vence. Son los contreras alcanzaste a pensar cuando sentiste un estallido que te aturdió. No distinguiste si cayó cerca o lejos la bomba pero el ruido fue infernal. Infernal, qué paradoja, Cristo Vence y el ruido infernal aturdiéndote. Comenzaste a correr, como todos, como muchos, los que ya estaban muertos al primer bombazo no tuvieron ni chance de correr. Pronto vos tampoco. Corriste sin saber a dónde ir. Corriste, el estruendo seguía, los gritos el dolor la sangre también, a esa altura ya te ensordecían más los gritos el dolor la sangre que las bombas que seguían cayendo. Corriste hasta que no pudiste correr más. No sabés que te golpeó, qué te pegó, lo cierto es que de repente te viste en el suelo y no entendías porque estabas en el suelo sino te habías tropezado con nada. Hasta que te miraste la pierna, en realidad la no pierna, ya no estaba allí, no estaba tu pierna, ¿cómo es posible que no tenga mi pierna si yo hasta recién estaba corriendo?. No la tenías. Miraste al cielo otra vez y te preguntaste ¿a quién vence Cristo?, ¿por qué querría Cristo vencerme a mí si yo voy a misa, tomé la comunión, creo en Dios y en la Viírgen, cuido a mi familia, trabajo, vengo al centro? ¿por qué? No creo que Cristo quiera vencerme. Pero lo que no entiendo es ¿por qué los que invocan a Cristo y dicen que Vence me tiran bombas a mí, a mi pueblo, a mi plaza…por qué es la plaza de Perón? ¿por qué soy peronista? ¿Sólo por eso nos tiran bombas, nos matan, me roban mi pierna? ¿Me causan tanto dolor? ¿Nos masacran como nos están masacrando?. Te quedaste en el suelo. Qué más podías hacer, pensaste en tu marido, en tu hijo, en Perón, en Evita y Dios y le pediste que te deje de doler, que te devuelva tu pierna, que los que invocaban el nombre de su hijo (el de Dios) dejaran de tirar bombas. Pero no lo hicieron. Siguieron y recién empezaban. 





lunes, 11 de junio de 2012

Frases chotas. Hoy: Concentradas



Tras percance tecnológico con los “amigos” de Telecentro se viene una nueva tanda de frases chotas, ahí les van…

  • Me sube un tipo. Una pinta de garca que se caía. No la puedo caretear, ¿para qué?, cuando me sube alguien, inevitablemente se me configura el perfil de la persona, muchas veces acierto, las menos no. Rivadavia a la altura de Uruguay. Me hace seña medio desesperado, ampulosamente. Sale de la AFIP. Arranca enseñándome a laburar…yo no sé como puede ser que por acá vengan pocos taxis, es una repartición pública, sale gente que espera taxi todo el tiempo…es cierto que la mayoría de los taxis va por Avenida de Mayo y no necesariamente porque sean boludos, se viene desde Plaza de Mayo y muchos tacheros suelen tener tendencia a yirar (andar vacío) por las avenidas. Algunos por vicio, otros porque aún están aprendiendo a laburar y se da por sentado que en las avenidas hay más viajes potenciales. Pero bueno, que lo primero que insinúe es como tienen que trabajar aquellos que están todo el día en la calle no me cayó de lo más simpático.

Se dirigía a la AFIP que está en Hipólito Yrigoyen y Pasco. Seguimos por Rivadavia, nos agarra el semáforo de Paraná. En esa esquina se encuentra el Consulado peruano. A nuestra izquierda, sobre la vereda, unas cuantas personas comiendo, se vendía ceviche y comidas típicas de la colectividad peruana así como en Viamonte y Callao, donde está el consulado paraguayo, sale como trompada el chipá. ¿Qué van a vender? ¿sushi? Obvio que no. El tipo: ¿y éstos? ¿Quiénes son? Deben ser del Interior o paraguayos o algo asíestá el consulado de Perú le respondo. Ah, son peruanos, dice frunciendo la nariz. No me digas, boludo. Tras ese comentario de mierda dice mis hijos trabajan con Caritas en la parroquia con gente humilde que duerme en la plaza para que no se muera de frío (mirá que bien, la culpita burguesa a salvo, mirás con asco a los peruanos peeero…).

Eran las 11 y pico de la mañana. Ya estamos a la altura en cual Rivadavia es avenida. Por toda Rivadavia, a esa hora hay cantidad de camiones de todo tipo y color haciendo la descarga de mercadería matutina. Ah! Descarga! Este es el país de la joda, cada cual hace lo que quiere. No hay que hacer nuevas leyes, hay que cumplir las existentes sentenció. Típica frase de facho.

Doblamos en Matheu para retomar por Yrigoyen y llegar a la AFIP. Edesur está haciendo un arreglo, la calle está reducida. Los vecinos le escribieron a mano un cartel que decía: Gracias a Edesur por el barrio sin luz. El tipo manda después dicen que no hay crisis energética, hay cortes por todos lados. Precisamente el cartel puteaba a Edesur por falta de inversión se presume. El tipo, el palito, lo tiró para el gobierno, ¿qué duda cabe? ¿Soy perseguido? ¿Quién, yo?

Llegamos a la AFIP. Paga. Antes de bajar dice, pretendiendo confianza, complicidad…acá uno sabe a que viene, a que te rompan la cabezaojalá no te hayan roto solo la cabeza…

  • La siguiente no es estrictamente una frase chota. Más bien es una forma de expresión pero de todos modos cabe, razón por la cual la incluyo en esta sección. Estimado pasajero desconocido: hay ciertas cosas que en un auto (ajeno) con aire acondicionado no deben hacerse. O debe abstenerse de realizar más allá del deseo.

Una de ellas es fumar. Nadie (pocos) osan fumar en un auto cerrado herméticamente sin, de mínima, preguntar. Es algo instalado, uno sabe que no debe hacerse. Si se fuma se apaga el aire y se bajan las ventanillas. Perfecto. Es un consenso claro entre pasajero y conductor (detesto la palabra chofer, conductor suena mejor, encima es una palabra con una connotación claramente peronista. Además, ¿quién soy?,¿ Morgan Freeman en Conduciendo a Miss Daisy? Qué carrera la de Morgan, de chofer de la vieja chota esa a presidente de los EEUU, si hasta Dios llegó a ser en la película con Steve Carrell, un groso, siendo negro llegó a ser presidente y dios, bien por Morgan).

Otra cosa que no corresponde hacerse en un vehículo con aire acondicionado es cargar con olor a camello muerto bajo el brazo. El aire acondicionado potencia todos los olores y los deja impregnados en los objetos del ambiente. Sin embargo está situación es admisible. Puede pasar. Venís de laburar, estás reventado, te da la guita para tomar un tacho, estirás la manito y llegás rápido a casa. No hay problema con ello. Se abre un toquecito la ventanilla y el olor va saliendo. Listo. Tolerable.

Ahora, llegamos al punto. ¿Es necesario expresarse no ya oralmente con una frase chota sino analmente? ¿Por qué nos hacemos ésto señor pasajero? Para ser claro, ¿cómo se puede ser tan choto de tirarse un pedo en un auto con aire acondicionado? Es una pregunta metafísica, existencial, allí se bifurcan los caminos entre el bien y el mal…

A ver, estás en un auto que no es el tuyo, en el tuyo hacé lo que quieras, a lo mejor hasta lo disfrutás pero en el mío no che. Ojo. No voy a ser tan hipócrita como para hacerme el impoluto y decir que no lo hice jamás con un pasajero en el auto. No. Claro que no lo voy a ser pero nunca, jamás con el aire prendido. Eso no se hace.

El pedo, tirárselo, es una elección. Se decide hacerlo. Hay gente que dice yo no me los tiro cuando quiero, me vienen y se salen…naaaahhhh, paaabres de aquellos que no poseen el don de rajárselos a voluntad. Pobres pero no me chamuyen.

Se preguntarán cómo puede ser que este tipo nos esté hablando de esto, no la careteen, no me van a decir que nunca hablaron de ello, sucede que hace unos días una señora, bien puesta, de unos 60, no una vieja zarpada en años que no se puede contener, se expresó de este modo en el auto. No dijo nada en todo en viaje pero no me van a decir que no es éste un claro ejemplo de frase chota. De otro tipo.

Afortunadamente se bajó a las pocas cuadras, al menos tuvo esa delicadeza…#graciasporbajar

  • Para finalizar una frase chota en el mismo sentido escatológico que la anterior. Una pasajera me sube en Avellaneda y Otamendi. Tras señalarme el destino (el del viaje, no el mío, el de mi existencia, faltaba más) la mujer tose. Resfriada le pregunto. No responde. Tengo todo el moco pegado arriba. ¿Por qué nos contamos todo? me pregunto. ¿Por qué no nos guardamos algo para la intimidad?, ¿por qué habré preguntado? Sigue. Pensé que era un tapón de cera pero es todo moco. Nunca pensé que un ser humano podía tener tanto moco fue la aguda conclusión. Lo que yo no pensé es que alguien a quien recién conozco podía contarme algo así…

domingo, 3 de junio de 2012

Amarillo y negro. Hoy: Esto es como un comunismo


Alsina y Jujuy. Estoy, parado en el semáforo, mirando para cualquier lado y una mujer me mira y me pregunta si estoy libre. Si, suba. Debía andar por los 60, digamos. Me tira la dirección. Tenía que ir a buscar a los chicos (¿hijos, nietos?) No recuerdo que estaba escuchando en la radio. Tampoco que decían, había clavado ahí el dial porque pasaban buena música. Rockanroll nnenenenennnn. Comentarios de rigor del locutor. Me dice la mina: cuántas pavadas dicen en la radio….siii digo sin mucha convicción. Y qué guarangos que son! Seeee, menos convicción aún. Se calla. A las pocas cuadras larga ¡qué bárbaro lo que pasa! (uuuhhh, una gorila rompebolas, me la juego de acá a la China, era viernes primero de junio, pleno histeria con el dólar, con el cacerolazo que no fue, a ver que dice…) otra vez le aumentan los impuestos al campo (el campo como una masa indiscriminada, como un todo, la patria misma, tal como lograron instalarlo en 2008, “la guerra gaucha” de la 125), va a aumentar todo como en el 2008, va a faltar la leche, la carne y todo va a subir…(caos, angustia, desolación, cogidos y muertos como dice el Pérez Manija de Capusotto) puede ser le digo, igual siempre tienen una excusa. Cuando suben los impuestos porque suben los impuestos, cuando no suben los impuestos aumentan por las dudas, sino por la falta de competitividad, el dólar o el cometa Halley, siempre algo. Por lo general no arranco tan rápido a discutir, sucede que a la mañana ya me había agarrado con una gorila cheta (pero respetuosa) y venía medio picadito.

Me miró por la respuesta, no terminó de entender que le quise decir, o si, siguió éstos no se quieren ir nunca (un éstos desdeñoso, se refería al gobierno, ésto recién empieza doña) vamos a ver como dejan el país, esto es como un comunismo, los más afectados somos los de la clase mediale parece pregunté, la clase media consume a lo loco, ¿le parece que son los más afectados? Además se amplío la clase media, digo. Antes 100 pesos valían, ahora no valen nadatambién antes costaba mucho más conseguir 100 pesos que ahora, lo cual no quiere decir que la inflación no sea un tema complicado me hice el Cobos, el buscador de consensos. De todos modos la gente sigue consumiendo pese a los aumentos, fijese los autos, los celulares, los LCD, me parece. Mirá, se plantó imperativa, eso lo compra cualquiera, hasta los de la villa tienen eso…¿y está mal por qué…? Le tiré los aumentos en las paritarias, en los sueldos, le pregunté ¿quién me toma?, ¿quién consume?. Llegamos al colegio a buscar a los niños. Colegio privado de barrio de clase media: Almagro, Boedo, zona indefinida, medio a caballo de ambos barrios. Vuelve con los dos pibes, debíamos volver al lugar de origen del viaje.

A los pocos minutos de reiniciado el camino me dice, evidentemente se quedó pensando, vos fijate (ok, me fijo, a verrrr) las paritarias aumentan el sueldo pero siempre es menos que lo que aumentan los precios de las cosas. Claro dije, no me rompas, busqué que se diluya la conversa. Pero claro, hay gente que tiene plata, los de La Cámpora y todos esos, tienen autos importados, plata a montones… (faaaa, ¿el consumo durante 9 años lo incrementó La Cámpora?, el 54% fue diminuto entonces, debió ser 80%, son una bocha los de La Cámpora entonces…), el otro día, de un coche de alta gama, ¿sabés quien bajó? (quién? ¡Cuánto suspenso! ¿Kiccilof? ¿Larroque? ¿Máximo mismo?)  peruanos, no tenían pinta de empresarios ni de ser de una fábrica ni nada, serían narcotraficantes seguro y éstos (el gobierno, la yegua) le dan subsidios con nuestra plata…(me sentí Olmedo cuando le mataban a la madre, le violaban a la hija y la mujer, le pegaban al hijo y se calentaba porque le mojaban con un pancito el tuco de la vieja. Suficiente, me inflaste) ah bueno, ¿¿¿le dan subsidios a los narcos???, ¡¡¡por favor!!! Claro me dice firme. Y no viste toda la gente que matanaaahhh, ¡somos Irak!...

Se calentó lindo ahí. Entonces dispara: pasa que a la juventud  le lavaron la cabeza (me lo tiro a mí lo de la juventud, soy un púber, otro joven incauto adoctrinado por La Campora, o no tan joven y soy tan boludo que me lavan la cabeza, a ella no, claro) y no ven lo que pasano me digas, la tuteé, a la gente como esta señora le jode que la tuteen, lo sienten como una falta de respeto, suerte que vos la ves clarita, claro, ¿no ves el caos que hay? (TN en mis oídos, como una letanía)…¿¿qué caos??, cuando la mano se pone así te ponés más necio, no te resulta posible admitir nada, defendés hasta al INDEC, te matan en cualquier lado…mirá…¿no ves los noticieros? Si, por eso pienso como pienso. Engranó: ¡seguro que vos ves la TV Pública! Obvio, si soy un idiota, la delirada le transformaba la cara, los ojos se le salían de sus órbitas, me los clavaba en el espejo retrovisor, los pendejitos impávidos no decían ni mu, parecían mudos.

¡La gente no sale más a la calle! (eran las 5 de la tarde más o menos, había bocha de gente por todos lados, ya estábamos llegando, a la altura de Jujuy y Belgrano) y toda esa gente que hay por ahí, que estudia, que trabaja, que vive ¿qué hace?, obvio que pasan cosas graves pero qué, ¿las cárceles, el delito, la policía los inventó este gobierno y antes la vida era un paraíso? ¡Con los militares no había casas tomadas! (aaaahhh! Venías por ahí, facha al mango) no claro, al que no tenía un lugar para vivir lo subían a un camión y lo tiraban en la provincia para que vos no los veas, además, si todo era tan lindo porqué se tuvieron que ir como se fueron, digo…enfurecida ¡Vos sos de La Cámpora? Obvio, acá parece que estoy trabajando pero es todo una pantalla, la limousine la tengo guardada para que no se ensucie, la uso sólo para las fiestas, los millones los tengo en el banco, y en dólares… la cara de esa mujer era, era, era, no sé como describirla, no me alcanzan las palabras para disfrutar lo que generé en ella, lo siento, eso no es convencer, no fui ni paciente ni militante, con determinada gente no se puede conversar, con otra sí, ya verán en el próximo post…

Con la puerta abierta y los pibes-nietos a sus espaldas me gritaba ¿estás ciego? No, lo que me da pena es que vivas así con ese odio. ¡Éstos hablan de los militares pero son ellos una dictadura!! Son peor le digo. Ojalá vuelvan los militares  la piqué, como una despedida, la frutilla del postre. Ojalá me volvió a gritar desde la calle. Sabés que no, los militares genocidas que vos extrañás están presos…cerró la puerta de un golpe y se fue moviendo la cabeza como diciendo no…y mirándome. Con odio.