jueves, 28 de junio de 2012

Tiro en las patas


Partamos de una base: acá no hay carmelitas descalzas. Esto es peronismo, es política y se disputan espacios de poder, se construyen hegemonías y se mide la correlación de fuerzas a cada instante. En síntesis: el asunto es ver quién la tiene más grande. Acusar ahora a Moyano sobre su presunta participación en la Juventud Sindical en los ’70 es una pelotudez lisa y llana. Si era así ya lo sabíamos desde antes. Y nos hicimos los boludos en el mejor de los casos. Del mismo modo no corren las boqueadas de Moyano diciendo que mientras la CGT luchaba contra la dictadura otros estaban debajo de la cama o la acusación de que estos son todos menemistas y duhaldistas lanzada contra integrantes del kirchnerismo. Tampoco corre la acusación. No hay lugar para contarse las costillas hoy. Ya convivimos bastante y nos conocemos mucho. Además a tu izquierda, en el palco, tenías al momo Venegas, Hugo, te apoya Barrionuevo hoy. Es el abrazo del oso…

Se habla de traición. Ma’ que traición! O no pensaron nunca: “el día que se nos ponga de orto Moyano nos para el país.” O no temieron que lo hiciera en pleno conflicto de 2008 con las patronales del campo. Hubiera sido letal si lo hubiera hecho. Hay que reconocerlo. Tal vez se putee hoy Moyano por no haberlo hecho. Lo cierto es que históricamente jugó bien, supo que si caía el gobierno caía él también. Y obró en consecuencia. Pero acá no hay cariño ni lealtades inconmovibles. Eso también es parte de la lógica del peronismo. Al plantear la lealtad como una virtud en sí misma el peronismo traza una línea muy fina. Casi todo es traición. Gran idea la de la lealtad. Te condiciona. Todo el tiempo estás al borde de quedar en orsai. Si no me apoyás sos traidor. Si me discutís con vehemencia sos traidor. Si no me atendés el teléfono sos traidor. Es así, una dinámica complicada pero no vamos a sorprendernos por ello, si realmente somos peronistas sabemos que esta historieta es parte del asunto.

Otro punto interesante de este conflicto y que concierne a la lógica propia del peronismo. El poder de daño. No lo olvidemos y nos hagamos los puritanos. No lo somos, somos peronistas. La capacidad de demostrar todo el daño que se puede hacer también es una práctica peronista. De las más oscuras. Si, ponele, estamos de acuerdo. Pero es. A ver, hagamos un ejercicio, quienes leen este blog saben desde donde escribo, si Moyano fuera gobierno en algún momento, ¿lo aplaudiríamos?, ¿le haríamos la vida sencilla? No. Seamos sinceros. Él tampoco nos va a hacer sencillo el camino que viene, el cual sabemos que es complicado, por el desgaste de la gestión, por la crisis internacional que no se sabe en qué decantará, por el tema de la sucesión, por todo. La idea de que el que gana conduce y el que pierde acompaña tan propia del peronismo es relativa. El que pierde acompaña cuando no tiene el poder suficiente. Algunos ejemplos para clarificar: Néstor en los primeros ’90, Moyano y Néstor mutuamente, Néstor con Duhalde para llegar al gobierno (cuando acumuló poder lo mandó de paseo), Moyano sin bardearla a Cristina antes de las elecciones porque se veía venir el aluvión de votos que se vino. Es así. Nadie se suicida ni saca los pies del plato antes de tiempo. Te acompaño si estoy en pelotas políticamente hablando. Si no, hay combate. La lucha por el poder no hace caso ni a lealtades personales ni a convicciones inmaculadas. Se lucha con las armas que se tienen a mano. Si tengo poder de fuego suficiente te hago todo el daño que puedo. Si no, acompaño. Ya lo dijo el compañero (menemista él) Jorge Asís: “el peronismo es una ideología de poder”. Así de apasionado es el movimiento, así de cruel, así de autodestructivo por momentos. Eso es parte de ser un movimiento mayoritario. Si no, vas y te hacés trosco y discutís una bocha de lo retardatario que es el peronismo, de lo burgueses que son los peronistas, de que no hay cambios estructurales del sistema, de que los capitalistas son explotadores y toda esa sarasa. Mientras no cambiás nada y te la siguen mandando a guardar hasta el fin de los días.

Vamos al grano. La presente crisis Gobierno-CGT (¿Moyano?) no es una novedad para nadie. Siempre supimos que la relación sindicalismo-kirchnerismo iba a ser conflictiva. Ese conflicto viene de la historia del peronismo, son rémoras de las disputas setentistas, para algunos sindicalistas el único peronismo son ellos, el resto infiltrados. Para los que provienen de la izquierda y se sumaron al peronismo, los sindicalistas (algunos) son burócratas que impiden el desarrollo revolucionario del movimiento. Si bien se creció y se aprendió la trágica lección de los ’70 (en la que todos perdimos, sindicalistas, trabajadores, peronistas de izquierda, de derecha, todos) hay cuestiones que no se han saldado aún y que siguen haciendo ruido.

De todos modos la tensión entre el sindicalismo y el peronismo puede rastrearse hasta en el primer peronismo, el peronismo clásico. ¿O nos olvidamos la disputa Perón-Cipriano Reyes? ¿O cuando la CGT apoyó a Evita de vice y Perón se los quería comer crudos? ¿O a Evita a las puteadas limpias con los ferroviarios? Es lógico que suceda. El sindicalismo no puede adherir a tabla cerrada las prioridades de un gobierno. Tienen intereses diferentes, por momentos contrapuestos. El conflicto se agrava si los intereses que se enfrentan están principalmente ligados a la disputa por el poder político concreto. El caso extremo de tal confrontación fue el caso de Vandor. Ya sabemos cómo terminó esa historia. Afortunadamente los tiempos son otros.

El sindicalismo y el peronismo se caracterizan por tener una historia de lo más conflictiva. Suele decirse, desde ciertos sectores, que el kirchnerismo es algo diferente al peronismo. Para algunos es una virtud, para otros un defecto.Y se lo diferencia desde lo nominal. Peronismo disociado de kirchnerismo. Sin embargo puede trazarse una línea similar entre el sindicalismo y el kirchnerismo. El sindicalismo también se diferencia nominalmente del peronismo, se asume peronista, como el kirchnerismo, pero no es todo el peronismo. Es una parte. A no olvidar: peronistas son todos.

Con respecto a este asunto se presenta una situación particular. Para quienes no son peronistas no hay distinciones. Son todos peronistas. Los sindicalistas los montoneros los kirchneristas perón evita Cipriano vandor cámpora todos. Todos peronistas. Para adentro existen las distinciones. Se plantean denominaciones que dividen, separan territorios políticos reales. En el fondo son todos peronistas pero en la práctica no existe homogeneidad total. No existe tal cosa, no es real.

El tema es que los verdaderos enemigos de un proyecto nacional, popular, de los trabajadores, como quieran llamarlo, no adviertan que hay grietas. Ellos siempre las buscan, saben que están, siempre. Por eso buscan generarlas, agrandarlas, profundizarlas. Hoy están a la vista. Expuestas. Y allí apuestan todo los antiperonistas. Ahora bien, una cosa son las diferencias coyunturales y otra distinta pararse en la vereda de la oposición. Sabemos que Moyano no es un tipo ingenuo, por algo ocupa el lugar que ocupa. ¿Supone que los poderes fácticos lo apoyan? Supongo que no. ¿Cree que el kirchnerismo lo usó y por ello ahora juega como juega? Asumo que no y debe tener más que claro que quienes hoy le soban el lomo, los Clarín, los Magnetto, los Macri-Melconián, hasta los Alfonsín y los Binner, incluso los Scioli, lo que pretenden es usarlo para que le rompa las pelotas al gobierno y después lo van a tirar de un barranco por negro y peronista. No hay dudas de que lo sabe. Sabe que si logra tumbar al gobierno no viene él. Doy por seguro que lo sabe.

La relación entre el kirchnerismo y Moyano siempre fue áspera, compleja. Ambos se miraron siempre con recelo, más allá de mejores y peores momentos. Se necesitaron a veces, en otras se cuidaron de no pudrirla, en muchas se hicieron los boludos porque si no iba por ahí la construcción político sindical no iba por ningún lado. A ambos espacios les sirvió la alianza. Sucede que la alianza estratégica se reveló más táctica que otra cosa. Al menos hoy. Los intereses políticos se volvieron divergentes. El gobierno ¿por necesidad, por convicción? comenzó a experimentar una suerte de distanciamiento político-electoral tras la derrota del 28-J de 2009. Electoralmente le resultó más que fructífera la decisión. Desde aquel tiempo puede rastrearse el enfriamiento de la relación. Hoy se terminó de romper públicamente. Fácticamente viene de mucho tiempo atrás. Con Néstor vivo ya venía tensa la mano. Se agudizó el conflicto tras su muerte. Se calló por mucho tiempo este conflicto. Hoy está expuesto. Por otra parte, la sensación es que ¿por necesidad, por convicción? Moyano nunca consiguió ser el representante de tod@s los trabajadores, siguió siendo visto como el capo de los camioneros. Hoy se nota, se muestra con claridad.

El tema es para donde va a decantar todo esto. Si todo lo que pretende Moyano es demostrar su poder de fuego para apretar al gobierno y conseguir una mejor correlación de fuerzas dentro del peronismo de cara al futuro es lógico, hasta válido como estrategia. Si la dinámica que lo mueve es “si me voy yo me los llevo puestos conmigo” la historia es otra y no tiene retorno.

Algunas cuestiones relacionadas con las últimas jugadas realizadas en función del acto de ayer: una vez que se te pegan los troscos (y lo digo con toda la devoción que siento por @pibetrosco) todo lo que queda es pudrirla y suicidarte políticamente, ni hablar si se te suman la Rural, Clarín y toda la runfla destituyente. Es una decisión política, está claro. Muy peligrosa. ¿Lo seguirá todo el sindicalismo si Moyano decide agudizar la disputa con el gobierno? Una máxima del peronismo dice  que te acompañan hasta la puerta del cementerio pero que entrar no entra nadie. ¿Tiene margen para retroceder hoy y discutir desde otro lado? ¿Tiene intenciones de tal cosa? ¿Y el gobierno? Habrá que ver adonde lleva este juego de suma cero plateado por Moyano.

Para finalizar, insisto, ya lo escribí en otro post. Moyano sigue sin ser El enemigo, más allá de este momento particular. El enemigo está en otro lado. En las sombras, operando, como siempre. Al acecho. De nosotros pero también de Moyano. Son los mismos que lo detestan desde hace 10 años. Y lo bardean sin piedad. Hoy lo ven rubio, alto y de ojos celestes. Se vienen tiempos de reacomodamiento, de recomposición de alianzas. El kirchnerismo deberá (re)construir otro espacio en el frente sindical. Tal vez deba tragarse unos cuantos sapos. También se los tragó con Moyano. Moyano también se habrá tragado unos cuantos sapos con el kirchnerismo. Lógico. Es política. Deberá ver por dónde articula el poder de daño que ostenta y con el que pretende disciplinar. A corto plazo puede llegar a tener cierto grado de efectividad. A largo plazo es un suicidio político boicotear a este gobierno apoyándose en la derecha posta. No la del peronismo sino la derecha derecha. El poder real.

El interrogante principal es hasta donde está dispuesto a ir y con quienes se puede llegar a aliar para conseguir sus objetivos. Determinadas alianzas no tienen retorno y suelen ser un tiro en las patas, suelen manchar una historia de luchas genuinas. Desprestigiar lo hecho. Ningunear lo actuado. La pregunta es si está dispuesto a arriesgar tanto. 


11 comentarios:

  1. Uf. Aire fresco un post que salga de la retórica traición/ lealtad. Bien ahí.

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  2. Felicitaciones. Es lo mejor que leí sobre este tema.

    Saludos

    Adrián

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  3. Bueno entendí algo de peronismo (aunq para quienes no lo somos es díficil) y tb entendí q esto no es nuevo ni mata,
    pero ..para no ser enemigo ¿no tiró con chicanas feítas cuando acusó a K de estar en el sur gozando de la 1050 mientras algunos soportaban la dictadura y otros se exiliaban?A quién le hablaba?Era necesario?

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    1. Ni hablar. en unas cuantas cosas se zarpó mal. Por eso empecé el texto hablando d no contarse las costillas ahora. es un ejercicio inútil y d mal gusto...se fue al carajo en muchas cosas pero lo q busqué fue analizar el asunto d la manera más amplia posible aunque me costó bastante...saludos y gracias x participar!

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  4. Brillante analisis compañero.Saludos peronistas.

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  5. Impecable análisis. Como ya te dije hay que pasar el invierno y me parece que no termina el 21 de septiembre

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    1. Gracias! Parece q no...pero lo vamos llevando bien....

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