Partamos de una base:
acá no hay carmelitas descalzas. Esto es peronismo, es política y se disputan
espacios de poder, se construyen hegemonías y se mide la correlación de fuerzas
a cada instante. En síntesis: el asunto es ver quién la tiene más grande. Acusar
ahora a Moyano sobre su presunta participación en la Juventud Sindical en los ’70
es una pelotudez lisa y llana. Si era así ya lo sabíamos desde antes. Y nos
hicimos los boludos en el mejor de los casos. Del mismo modo no corren las
boqueadas de Moyano diciendo que mientras la CGT luchaba contra la dictadura otros
estaban debajo de la cama o la acusación de que estos son todos menemistas y
duhaldistas lanzada contra integrantes del kirchnerismo. Tampoco corre la
acusación. No hay lugar para contarse las costillas hoy. Ya convivimos bastante
y nos conocemos mucho. Además a tu izquierda, en el palco, tenías al momo
Venegas, Hugo, te apoya Barrionuevo hoy. Es el abrazo del oso…
Se habla de traición.
Ma’ que traición! O no pensaron nunca: “el día que se nos ponga de orto Moyano nos
para el país.” O no temieron que lo hiciera en pleno conflicto de 2008 con las
patronales del campo. Hubiera sido letal si lo hubiera hecho. Hay que
reconocerlo. Tal vez se putee hoy Moyano por no haberlo hecho. Lo cierto es que
históricamente jugó bien, supo que si caía el gobierno caía él también. Y obró
en consecuencia. Pero acá no hay cariño ni lealtades inconmovibles. Eso también
es parte de la lógica del peronismo. Al plantear la lealtad como una virtud en
sí misma el peronismo traza una línea muy fina. Casi todo es traición. Gran idea
la de la lealtad. Te condiciona. Todo el tiempo estás al borde de quedar en
orsai. Si no me apoyás sos traidor. Si me discutís con vehemencia sos traidor. Si
no me atendés el teléfono sos traidor. Es así, una dinámica complicada pero no
vamos a sorprendernos por ello, si realmente somos peronistas sabemos que esta
historieta es parte del asunto.
Otro punto
interesante de este conflicto y que concierne a la lógica propia del peronismo.
El poder de daño. No lo olvidemos y
nos hagamos los puritanos. No lo somos, somos peronistas. La capacidad de demostrar
todo el daño que se puede hacer también es una práctica peronista. De las más
oscuras. Si, ponele, estamos de acuerdo. Pero es. A ver, hagamos un ejercicio,
quienes leen este blog saben desde donde escribo, si Moyano fuera gobierno en
algún momento, ¿lo aplaudiríamos?, ¿le haríamos la vida sencilla? No. Seamos
sinceros. Él tampoco nos va a hacer sencillo el camino que viene, el cual
sabemos que es complicado, por el desgaste de la gestión, por la crisis internacional
que no se sabe en qué decantará, por el tema de la sucesión, por todo. La idea
de que el que gana conduce y el que
pierde acompaña tan propia del peronismo es relativa. El que pierde
acompaña cuando no tiene el poder suficiente. Algunos ejemplos para clarificar:
Néstor en los primeros ’90, Moyano y Néstor mutuamente, Néstor con Duhalde para
llegar al gobierno (cuando acumuló poder lo mandó de paseo), Moyano sin
bardearla a Cristina antes de las elecciones porque se veía venir el aluvión de
votos que se vino. Es así. Nadie se suicida ni saca los pies del plato antes de
tiempo. Te acompaño si estoy en pelotas políticamente hablando. Si no, hay
combate. La lucha por el poder no hace caso ni a lealtades personales ni a
convicciones inmaculadas. Se lucha con las armas que se tienen a mano. Si tengo
poder de fuego suficiente te hago todo el daño que puedo. Si no, acompaño. Ya lo
dijo el compañero (menemista él) Jorge Asís: “el peronismo es una ideología de poder”. Así de apasionado es el
movimiento, así de cruel, así de autodestructivo por momentos. Eso es parte de
ser un movimiento mayoritario. Si no, vas y te hacés trosco y discutís una
bocha de lo retardatario que es el peronismo, de lo burgueses que son los
peronistas, de que no hay cambios estructurales del sistema, de que los
capitalistas son explotadores y toda esa sarasa. Mientras no cambiás nada y te
la siguen mandando a guardar hasta el fin de los días.
Vamos al grano. La presente
crisis Gobierno-CGT (¿Moyano?) no es una novedad para nadie. Siempre supimos
que la relación sindicalismo-kirchnerismo iba a ser conflictiva. Ese conflicto
viene de la historia del peronismo, son rémoras de las disputas setentistas,
para algunos sindicalistas el único peronismo son ellos, el resto infiltrados. Para
los que provienen de la izquierda y se sumaron al peronismo, los sindicalistas
(algunos) son burócratas que impiden el desarrollo revolucionario del movimiento.
Si bien se creció y se aprendió la trágica lección de los ’70 (en la que todos
perdimos, sindicalistas, trabajadores, peronistas de izquierda, de derecha,
todos) hay cuestiones que no se han saldado aún y que siguen haciendo ruido.
De todos modos la
tensión entre el sindicalismo y el peronismo puede rastrearse hasta en el
primer peronismo, el peronismo clásico. ¿O nos olvidamos la disputa
Perón-Cipriano Reyes? ¿O cuando la CGT apoyó a Evita de vice y Perón se los
quería comer crudos? ¿O a Evita a las puteadas limpias con los ferroviarios? Es
lógico que suceda. El sindicalismo no puede adherir a tabla cerrada las
prioridades de un gobierno. Tienen intereses diferentes, por momentos
contrapuestos. El conflicto se agrava si los intereses que se enfrentan están
principalmente ligados a la disputa por el poder político concreto. El caso
extremo de tal confrontación fue el caso de Vandor. Ya sabemos cómo terminó esa
historia. Afortunadamente los tiempos son otros.
El sindicalismo y el peronismo
se caracterizan por tener una historia de lo más conflictiva. Suele decirse,
desde ciertos sectores, que el kirchnerismo es algo diferente al peronismo. Para
algunos es una virtud, para otros un defecto.Y se lo diferencia desde lo
nominal. Peronismo disociado de kirchnerismo. Sin embargo puede trazarse una
línea similar entre el sindicalismo y el kirchnerismo. El sindicalismo también
se diferencia nominalmente del peronismo, se asume peronista, como el kirchnerismo,
pero no es todo el peronismo. Es una
parte. A no olvidar: peronistas son todos.
Con respecto a este
asunto se presenta una situación particular. Para quienes no son peronistas no
hay distinciones. Son todos peronistas. Los sindicalistas los montoneros los
kirchneristas perón evita Cipriano vandor cámpora todos. Todos peronistas. Para
adentro existen las distinciones. Se plantean denominaciones que dividen,
separan territorios políticos reales. En el fondo son todos peronistas pero en
la práctica no existe homogeneidad total. No existe tal cosa, no es real.
El tema es que los
verdaderos enemigos de un proyecto nacional, popular, de los trabajadores, como
quieran llamarlo, no adviertan que hay grietas. Ellos siempre las buscan, saben
que están, siempre. Por eso buscan generarlas, agrandarlas, profundizarlas. Hoy
están a la vista. Expuestas. Y allí apuestan todo los antiperonistas. Ahora bien,
una cosa son las diferencias coyunturales y otra distinta pararse en la vereda
de la oposición. Sabemos que Moyano no es un tipo ingenuo, por algo ocupa el
lugar que ocupa. ¿Supone que los poderes fácticos lo apoyan? Supongo que no. ¿Cree
que el kirchnerismo lo usó y por ello ahora juega como juega? Asumo que no y
debe tener más que claro que quienes hoy le soban el lomo, los Clarín, los Magnetto,
los Macri-Melconián, hasta los Alfonsín y los Binner, incluso los Scioli, lo
que pretenden es usarlo para que le rompa las pelotas al gobierno y después lo
van a tirar de un barranco por negro y peronista. No hay dudas de que lo sabe. Sabe
que si logra tumbar al gobierno no viene él. Doy por seguro que lo sabe.
La relación entre el
kirchnerismo y Moyano siempre fue áspera, compleja. Ambos se miraron siempre con
recelo, más allá de mejores y peores momentos. Se necesitaron a veces, en otras
se cuidaron de no pudrirla, en muchas se hicieron los boludos porque si no iba
por ahí la construcción político sindical no iba por ningún lado. A ambos espacios
les sirvió la alianza. Sucede que la alianza estratégica se reveló más táctica
que otra cosa. Al menos hoy. Los intereses políticos se volvieron divergentes. El
gobierno ¿por necesidad, por convicción? comenzó a experimentar una suerte de distanciamiento
político-electoral tras la derrota del 28-J de 2009. Electoralmente le resultó
más que fructífera la decisión. Desde aquel tiempo puede rastrearse el
enfriamiento de la relación. Hoy se terminó de romper públicamente. Fácticamente
viene de mucho tiempo atrás. Con Néstor vivo ya venía tensa la mano. Se agudizó
el conflicto tras su muerte. Se calló por mucho tiempo este conflicto. Hoy está
expuesto. Por otra parte, la sensación es que ¿por necesidad, por convicción?
Moyano nunca consiguió ser el representante de tod@s los trabajadores, siguió
siendo visto como el capo de los camioneros. Hoy se nota, se muestra con
claridad.
El tema es para donde
va a decantar todo esto. Si todo lo que pretende Moyano es demostrar su poder
de fuego para apretar al gobierno y conseguir una mejor correlación de fuerzas
dentro del peronismo de cara al futuro es lógico, hasta válido como estrategia.
Si la dinámica que lo mueve es “si me voy
yo me los llevo puestos conmigo” la historia es otra y no tiene retorno.
Algunas cuestiones
relacionadas con las últimas jugadas realizadas en función del acto de ayer:
una vez que se te pegan los troscos (y lo digo con toda la devoción que siento
por @pibetrosco) todo lo que queda es pudrirla y suicidarte políticamente, ni
hablar si se te suman la Rural, Clarín y toda la runfla destituyente. Es una
decisión política, está claro. Muy peligrosa. ¿Lo seguirá todo el sindicalismo
si Moyano decide agudizar la disputa con el gobierno? Una máxima del peronismo
dice que te acompañan hasta la puerta del cementerio pero que entrar no entra
nadie. ¿Tiene margen para retroceder hoy y discutir desde otro lado? ¿Tiene
intenciones de tal cosa? ¿Y el gobierno? Habrá que ver adonde lleva este juego
de suma cero plateado por Moyano.
Para finalizar,
insisto, ya lo escribí en otro post. Moyano sigue sin ser El enemigo, más allá
de este momento particular. El enemigo está en otro lado. En las sombras,
operando, como siempre. Al acecho. De nosotros pero también de Moyano. Son los
mismos que lo detestan desde hace 10 años. Y lo bardean sin piedad. Hoy lo ven
rubio, alto y de ojos celestes. Se vienen tiempos de reacomodamiento, de recomposición
de alianzas. El kirchnerismo deberá (re)construir otro espacio en el frente
sindical. Tal vez deba tragarse unos cuantos sapos. También se los tragó con
Moyano. Moyano también se habrá tragado unos cuantos sapos con el kirchnerismo.
Lógico. Es política. Deberá ver por dónde articula el poder de daño que ostenta
y con el que pretende disciplinar. A corto plazo puede llegar a tener cierto
grado de efectividad. A largo plazo es un suicidio político boicotear a este
gobierno apoyándose en la derecha posta. No la del peronismo sino la derecha
derecha. El poder real.
El interrogante
principal es hasta donde está dispuesto a ir y con quienes se puede llegar a
aliar para conseguir sus objetivos. Determinadas alianzas no tienen retorno y
suelen ser un tiro en las patas, suelen manchar una historia de luchas
genuinas. Desprestigiar lo hecho. Ningunear lo actuado. La pregunta es si está
dispuesto a arriesgar tanto.

Grosooooooooooooooooooo
ResponderEliminarUf. Aire fresco un post que salga de la retórica traición/ lealtad. Bien ahí.
ResponderEliminarGracias cumpas!!
ResponderEliminarFelicitaciones. Es lo mejor que leí sobre este tema.
ResponderEliminarSaludos
Adrián
Muchas gracias cumpa! saludos!!
EliminarBueno entendí algo de peronismo (aunq para quienes no lo somos es díficil) y tb entendí q esto no es nuevo ni mata,
ResponderEliminarpero ..para no ser enemigo ¿no tiró con chicanas feítas cuando acusó a K de estar en el sur gozando de la 1050 mientras algunos soportaban la dictadura y otros se exiliaban?A quién le hablaba?Era necesario?
Ni hablar. en unas cuantas cosas se zarpó mal. Por eso empecé el texto hablando d no contarse las costillas ahora. es un ejercicio inútil y d mal gusto...se fue al carajo en muchas cosas pero lo q busqué fue analizar el asunto d la manera más amplia posible aunque me costó bastante...saludos y gracias x participar!
EliminarBrillante analisis compañero.Saludos peronistas.
ResponderEliminarGracias cumpa! Saludos peronistas!
EliminarImpecable análisis. Como ya te dije hay que pasar el invierno y me parece que no termina el 21 de septiembre
ResponderEliminarGracias! Parece q no...pero lo vamos llevando bien....
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