martes, 1 de enero de 2013

De saqueos, robo organizado y conflictos


Se nos acaba de ir otro año fascinante de kirchnerismo, con todo lo que ello implica, otro año plagado de hechos trascendentes, agitadísimo, un año bien kirchnerista el 2012, intenso como mínimo. Al palo, kirchnerismo al palo. Algunos acontecimientos destacables, por sólo señalar algunos, la recuperación de YPF y de la Rural (la expropiación comunista en términos gorilas), conflictos de todo tipo, 20N, 13S, 8N, cacerolazos, 9D, cautelares, marchas, contramarchas, no nos dejan ir a Miami, dónde están mis dólares, si quieren hacer comunismo vayansé a Cuba, yegua montonera, esto ya es Venezuela, basta de Argenzuela y bla bla bla. La pelea política estuvo a la orden del día, de todo como nos tiene acostumbrados el kirchnerismo, otro año más que parecieron 10 años juntos y apenas fue el primero del tercer mandato K, se viene La DéKada el 25 de mayo próximo. Y los tan mentados saqueos, saqueos o robos organizados, como prefieran llamarlo. Ya han pasado unos cuantos días y es momento de entrarle al tema.

Un punto interesante para abordar el asunto de los saqueos es situarlos en una perspectiva histórica con los que se produjeron en la época de Alfonsín y de la Rúa. No es lo mismo. La situación es por completo diferente y no solamente por el hecho de que aquellos gobiernos fueran radicales y el de CFK sea peronista. No es un asunto menor tal hecho pero no es lo trascendente ni lo que explica las causas por las cuales los saqueos no se extendieron como reguero de pólvora (era la intención sin dudas, buscar que prendiera el caos, la circunstancia más parecida que vivió el kirchnerismo fueron los días de la crisis del parque Indoamericano en 2010, meses después de la muerte de Néstor, la búsqueda de generar el caos y de instalar la sensación de ingobernabilidad es la misma, se trata de la misma lógica de comportamiento). Lo que permite diferenciar a los gobiernos radicales de la actual coyuntura es que cayeron en medio de los saqueos y del incendio del país a causa de la profunda crisis económica y social que arreciaba el país, lo cual no disminuye la responsabilidad de quienes fomentaron los saqueos pero permite entender las causas que llevaron a que se extendieran en el tiempo y provocaran la caída de aquellos gobiernos. Ni hablar de la brutal represión en la que acabó el gobierno de la Alianza. (En este punto me gustaría señalar algo: No es casual tampoco que en la conferencia de Moyano y Miceli se agitara el pasado aliancista de algunos funcionarios del actual gobierno en la búsqueda de establecer lazos entre el gobierno de de la Rúa y el actual que expliquen los saqueos). La actual realidad económico-social es diametralmente opuesta a la del fin de aquellos gobiernos radicales. Tal vez no sea el momento de crecimiento más importante del ciclo kirchnerista pero existe un abismo entre aquellas realidades y el presente (no olvidemos la crisis económica mundial actual, respecto a ello, ¿no hablan más del viento de cola no?, cuando la mano viene brava en el aspecto internacional la oposición se olvida de la influencia que tiene en las economías locales, el concepto “viento de cola” sólo rige cuando hay que minimizar el crecimiento sostenido de la Argentina).

Hace unos días Cristina se refirió a los saqueos y viajó, discursivamente, al ’89 y al ’01: dijo que, pese a la crisis que se vivía y a que ella siempre fue y será peronista, debía decirlo, fueron sectores del PJ los que los promovieron los saqueos o al menos participaron de una u otra manera de ellos. Genial que lo haya dicho con todas las letras, no nos vamos a hacer los boludos, fue así y todos lo sabemos. El punto distintivo es que hoy los saqueos se enmarcan en una realidad diferente y por ello no se extendieron. Otro punto que permite entender la razón por la cual se apagaron en 2 días es una de las lógicas de hierro del kirchnerismo: No se reprime. Sea justo o injusto el reclamo, el kirchnerismo no reprime la protesta a tiro limpio como sucedió en el gobierno de de la Rúa. No entraré a analizar lo sucedido con los 2 muertos que hubo en Rosario porque no tengo información clara de lo sucedido.

Ahora bien: resulta muy cómico el análisis de ciertos periodistas y la coincidencia que se encontró entre tal discurso y los planteos desarrollados en la conferencia de prensa conjunta de Moyano, Miceli y compañía. Es gracioso que aquellos periodistas que marcan con el dedo las contradicciones del kirchnerismo y que se rasgaban las vestiduras hace algunos años por las acciones y el poder desplegado por el sindicalismo hoy se abrazan a Moyano de manera tan efusiva. Da risa, resulta tragicómico. Ciertos sectores del sindicalismo que hoy lo ven a Moyano como la reencarnación de Lula también adoptaron esa postura. ¿Qué pasó? ¿No piden más democracia sindical? El discurso que desplegaron estos sectores en los días posteriores a los saqueos era de una situación de conflicto social de la cual el gobierno, según su visión, no se hace cargo. La pregunta que me hago es la siguiente: ¿de golpe no hay más conflicto?, ¿qué fue lo que pasó?, ¿el pueblo hambriento y desesperado que saqueó plasmas de golpe se puso media pila por las fiestas y se fue a su casa para no cagarle las fiestas al resto?, ¿postergaron sus necesidades para otro momento?, ¿reprimen sus necesidades, de las cuales el gobierno no se hace cargo, por el espíritu navideño? No se niega desde aquí que existen cuentas pendientes y que la marginalidad y la vulnerabilidad social persisten en algunos sectores, aunque en una medida infinitamente menor, pero de ahí a plantear similitudes con situaciones críticas del pasado argentino hay un abismo. Es necedad, ceguera o evidente intencionalidad política plantear tal cosa. No se hagan los pícaros, hoy el conflicto es político no social. No se pretende minimizar los saqueos por el hecho de que se afanaran LCDs. No importa eso, el asunto es que sólo se llevaban artículos de ese tipo y el hecho de que de golpe se frenó el presunto conflicto social latente. Ni hablar del supermercado mayorista de artículos de limpieza de Campana. ¿De golpe todos querían limpiar? Otro punto llamativo es la fecha escogida para realizarlos: 20 de diciembre. Tendremos cara de boludos pero no tanto…

Señalemos un par de cuestiones que me quedaron dando vueltas tras la conferencia de prensa del sindicalismo opositor al gobierno. ¿Qué buscaban con ese despliegue, con esa actitud? Esa conferencia de prensa los delató, si no se tiene nada que ocultar no se sale así con los tapones de punta. Vuelvo a preguntarme, ¿dónde quedó el reclamo de democracia sindical de la CTA? ¿Qué pasó con eso? ¿Ahora los une el enemigo mayor que se construyeron que es el gobierno? ¿Había necesidad de ese montaje, de esa pose de matonaje sindical?, ¿Había necesidad de boquearla así, de decir que no estaban detrás de los saqueos porque no les interesaba afanar supermercados sino parar el país como dijo Miceli? Incluso si no fueran quienes estaban detrás de los saqueos lo que jode demasiado y los condena es la actitud asumida, la decidida intención de desgastar al gobierno y pudrirla mal. La Presidenta no entiende lo que pasa dijo Moyano. Y volvió a relucir el tema del Impuesto a las Ganancias (que sin dudas debe y será revisado, sucede que en este tironeo político todo se complica más). ¿Por eso el robo y los saqueos?  De todos modos hay que marcar matices. Plaini, por caso, si bien se mantiene dentro de la CGT moyanista, manifestó su repudio a los saqueos, otros no lo hicieron, es más, se reían. Un apartado que no tiene tanto que ver con los saqueos pero sí con el sindicalismo. Plaini constantemente habla de movimiento obrero organizado, tal definición es hablar estrictamente de la CGT. No de todos los trabajadores como dice Moyano. Los trabajadores van más allá de lo que representan la CGT y la CTA de Miceli.

No debía ser así el asunto. Una pena realmente. Insisto, como señalé en publicaciones anteriores, con que el sindicalismo no debe ser el enemigo del gobierno pero el tema es que evidentemente decidieron ser la punta de lanza de otros intereses en la búsqueda de generar el caos, los intereses de las corporaciones económicas que se oponen al gobierno. Y lo hicieron con la anuencia de dirigentes opositores y con la pasividad policial previa a los saqueos. Eligieron ese camino. Si yo no puedo vos tampoco y te prendo fuego el país. Si prende prende. Debía ser diferente la cosa pero no lo fue. Responsabilidades también debe tener el kirchnerismo sin dudas en este enfrentamiento pero este conflicto no es nuevo. Viene desde hace tiempo el tira y afloje. Fue una relación tirante siempre, ya con Néstor vivo la situación tensa y, por momentos, extorsiva, existía. Le resultó costosa esa alianza al gobierno muchas veces, perdió votos por sostenerla, votos de sectores de clase media que lo putea por esos negros que no trabajan y viven del Estado. Se sostuvo esa alianza porque era importante sostenerla, porque se buscaba aprender de los errores históricos, parecía manejable. No lo fue.

Al mismo tiempo que se analiza la escabrosa relación del sindicalismo y el kirchnerismo resulta necesario señalar algo. Si bien el sindicalismo argentino es esencialmente peronista, la relación entre el peronismo y el sindicalismo, históricamente fue compleja. ¿O nos olvidamos de Evita a puteada limpia con los ferroviarios que le querían parar a Perón? Ya desde Cipriano Reyes viene conflictiva la relación, la disputa por el poder excede al propio peronismo, es esencialmente humana y hay que hacerse cargo de ello. ¿O nos olvidamos de Vandor y el peronismo sin Perón? ¿Alguien puede decir que Vandor no era peronista también? Y sin embargo Perón le mandó a Isabel para boicotearle las elecciones en Mendoza en los ’60. Ni hablar de la relación entre el sindicalismo y la izquierda peronista en los ’70. Parecía que se había aprendido la lección y que la ruptura no se produciría pero volvió a pasar. Desgraciadamente ciertos actores sindicales siguen viendo a los “zurdos” de los ’70 en este gobierno y la convivencia se hizo insostenible.

Para ir cerrando un par de cosas. Una consigna de la izquierda peronista era Gobernar es movilizar. Habría que reformularla. Deberíamos decir que, también gobernar es movilizar, pero no sólo eso, no lo es todo. ¿Por qué digo esto? Se habló mucho de las dificultades que tuvo la convocatoria del 19 de diciembre realizada por Moyano y Miceli, se dijo mucho que fue poca gente y se la comparó con la multitudinaria movilización del 9D en Plaza de Mayo llevada a cabo por el kirchnerismo. La diferencia fue notoria. Perfecto, es un punto a tener en cuenta pero no olvidemos, más allá de que son tiempos políticos diferentes, que en los ‘70 el sindicalismo también tenía menos capacidad de movilización que la JP y sin embargo los sindicatos se impusieron a los tiros. Seguramente la metodología hoy sería diferente. Pero la disputa por el poder es la misma. No son situaciones políticas comparables pero me parece que hay que tenerlo en cuenta. Es necesario tener la capacidad de sumar y aglutinar a quienes no se quieren prender fuego en la cruzada de Moyano y Miceli con la bendición de las corporaciones, particularmente la de Clarín. En el presente conflicto político que se plantea hay todo tipo de responsabilidades, en todos lados, pero hay que tener en cuenta que primero está la democracia. Algunos, evidentemente, no lo entienden así y si pierden poder se quieren llevar puesto todo. Una lástima que sea así. Pero es así. Así que a estar atentos porque tal vez no tengan tanto poder de movilización pero sí tienen poder para hacer daño y muchas ganas de pudrirla mal. Sabemos quién gana si se pudre. El pueblo seguro que no.


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