sábado, 10 de septiembre de 2011

El tiempo y la sangre

Amor en clave de K

Ella no sabía lo que él había llorado. Ni idea tenía. Lo había visto llorar pero no por ella. Nunca había llorado (tanto) por una mujer. Sucede que no era solo una mujer. Era una compañera además, por las compañeras se llora distinto. Le decía que estaba bien, que solo pensaba pero por momentos solo lloraba, hasta quedar vacío, ajeno.

No podía creer la irrealidad de lo que vivía. Cómo pasó? Estaba extrañado, como el día que River descendió, fuera de si pero no desquiciado, hueco.
Como el 28 J de 2009, cuando juntos esperaban que Néstor revirtiera el resultado con el Colorado. Así estaba.

Se veía como desde afuera, juntos en el auto, canturreando por separado, el uno sin el otro.
Creyó que yo era un extraño y se enojó conmigo
Y se olvidó que juramos para siempre estar unidos…

En esa asociación de momentos recordó su primera impresión tras el 28 J: “ahora hay que aguantar, no hacer olas, hay que llegar a 2011”, llegar cómo se preguntaba ahora, para qué y recordó la anécdota del Chivo Rossi y Néstor: “mirá que ahora vamos por todo eh” dijo el jefe.

Entonces se le presentó la disyuntiva, la opción de hierro: el tiempo o la sangre. Recordó una entrevista de Dante Gullo: “nosotros no entendimos lo del tiempo y la sangre”. Habría tiempo para elegir?

Ante todo era realista: Cuando se llega a esta instancia crítica probablemente la partida ya esté definida, se opte por el tiempo o se opte por la sangre. De ser así no hay error posible. La elección que se haga está condenada al fracaso, habrá reproches, la alternativa no escogida sería la que debió haberse tomado.

Agudizar la contradicción o esperar para jugar desde adentro esperando que las cosas decanten y allí recomponer fuerzas? Si sangre: Porqué habré forzado la situación? Si tiempo: Porqué no habré extremado la postura para poner blanco sobre negro?

Pensó en Néstor, en Cristina, oscilaba, qué hacer? Apenas sabía que el Partido no había que regalárselo a nadie, no iba a sacar los pies del plato, los jefes se lo habían enseñado.

No iba a bajar las banderas, a lo sumo enrollarlas, desensillar hasta que aclare, ahí iba…con los ojos ciegos bien abiertos…

2 comentarios:

  1. Muy buen comienzo, tachero!
    Te invito a visitar el mío: http://indiepolitik.blogspot.com/
    Ya te sumé a mi blogroll.
    Abrazo.

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  2. Gracias cumpa! t sumaré a mi blogroll si es q lo tengo y aprendo a hacerlo...abrazo

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